viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Qué decir en cien palabras?

Paseando por las iluminadas y navideñas calles de mi ciudad, percibo nuevos valores escasos hasta el momento. Sin ningún motivo aparente, se respira amabilidad, paz, amor, harmonía, felicidad.
Situación que lleva a preguntarme, ¿porqué? ¿Qué misterio esconde la Navidad capaz de realizar tan poderosa y magnífica transformación? ¿Porqué, al llegar esta época del año, todas las atrocidades presenciadas a lo largo del año parecen tan sólo una terrible y cruel pesadilla?
La sociedad ha demostrado que el mundo puede ser un lugar mejor, ¿porqué no somos capaces de mantener dicha situación, si al fin y al cabo, todos salimos ganando?

domingo, 22 de noviembre de 2009

Deseos

Freqüentemente nos preguntamos, ¿los deseos son innatos en el hombre? Pues bien, dado que, fácilmente observamos que los primeros deseos del hombre aparecen en los primeros momentos de vida, pienso que sí son innatos.
Además, puede decirse que lo que impulsa y dirige la inteligencia es el deseo. Todos los descubrimientos que el hombre ha realizado, nunca hubieran sido posibles si no hubiera habido detrás el deseo de conocer, de saber o de averiguar.

Así mismo, pienso que son totalmente necesarios, ya que muchas de las acciones que realiza el hombre están determinadas por deseos. Así, un animal comerá para saciar el deseo del hambre, dormirá para satisfacer el deseo del sueño. Si el hombre es un animal, ¿porqué iba a ser distinto?

Es cierto que requiere una implicación y esfuerzo el querer lograr ciertos deseos. Sin embargo, como se dice vulgarmente “Quién alguien quiere, algo le cuesta”. Si realmente los deseos fueran tan fáciles de conseguir, quizá no nos proporcionarían tanta satisfacción. Es el hecho de pensar que lo hemos conseguido, a pesar de las dificultades, lo que nos proporciona dicha satisfacción y no tanto, el poseer el propio deseo.

Es cierto también, que deben administrarse correctamente. Si deseamos algo totalmente imposible no vamos a lograrlo y quizá, nos decepcionemos. Lo mejor es poseer deseos alcanzables, no muy sencillos, pero tampoco del todo imposibles.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Qui sóc?

Ja s'acosta el Nadal i com cada any, i ja per últim cop, m'encarreguen escriure poemes de Nadal per entrar al Certàmen Literari.
Des de ben petita he participat a cada convocatòria d'aquest concurs literari i l'any passat, increïblement, la meva poesia va ser seleccionada per incloure's en la postal de Nadal del Montessori-Palau.

Ara, època en la que m'estic plantejant la última poesia que escriuré pel Montessori, no puc evitar que em vingui el record d'aquells versos...

La meva feina és ancestral,
dono regals, emoció i sorpreses,
taules ben parades i adornades.
Sóc immortal.

Reparteixo amor,
pau, felicitat i amistat.
Perquè brilli el teu somriure,
busco el més bell record.

Els infants em tenen més ben considerat,
però estic al fons del teu cor.
Busca'm, creu amb mi
i la màgia no haurà acabat.

Creo aquella sensació especial,
pots notar-ho en l'ambient
i en els ulls de la gent.
Sóc, l'esperit de Nadal.

Cristina Pons.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Mi amigo de metal


Fiel como siempre, mi amigo no tarda en aparecer, hecho que me parece realmente asombroso. A pesar de los años, él siempre, tarde o temprano, acaba llegando. Puede ser invierno, verano, puede diluviar o incluso nevar, él vendrá a por mi.

Y es que, al cabo de un tiempo de viajar con mi L-4, este aparato se convierte en un nuevo amigo de metal. Le coges cierto cariño, sin entender muy bien porqué. Quizá sea por su disponibilidad, por su empeño en no dejar tirado a nadie, quizá sea por su capacidad de protección o de refugio, pero si algo está claro, es que para él, no hay distinciones, me recogerá y me tratará igual a mi que a ti.

Son pocas las veces que me he quedado andando sin rumbo por desérticas calles porque él no estaba ahí para ofrecerme su ayuda incondicional.
Sin embargo, al exprimir mi cerebro para recuperar el recuerdo con la mayor nitidez posible, me doy cuenta de que no es él quién me ha fallado a mi, sino al contrario, yo le he fallado a él.

Y ahora, al ver cómo se me acerca con su paso lento pero seguro, me doy cuenta de lo mucho que tengo por agradecerle. Cada escapatoria proporcionada, cada viaje, cada ayuda y por último y por eso no menos importante, cada reflexión.
Por eso al bajarme, me vuelvo, le miro, sonrío y me digo a mi misma con un susurro "Gracias, hasta pronto"