domingo, 28 de marzo de 2010

Incluso lo imposible puede hacerse realidad

Rutina. Todos estamos sumergidos en ella, tenemos muchísimas cosas en nuestra vida que sin darnos cuenta sabemos que van a suceder porque simplemente siempre ha sido así, estamos habituado a que sea así. Por el contrario, hay una serie de cosas que no tienen cabida en nuestras mentes, por extraordinarias, por insólitas, porque no figuran en el listado que configura nuestra rutina.

Un fin de semana se rompió por completo mi rutina sucediendo lo imposible. El espacio y el tiempo se conectaron en uno, haciendo que sin más, ahí estuvieras. Sin que tuviera ningún sentido, ninguna explicación lógica, un millón de preguntas asaltaron mi mente preguntándome una y otra vez cómo aquello había sucedido y como podía ser posible. Sin embargo, a continuación me di cuenta de que no me importaba en absoluto, lo único que me importaba era que tú estabas ahí, aunque fuera totalmente irracional.
Fue un fin de semana increíble, pero sobre todo, fue irreal. Me dormía pensando que quizá al despertar toda esa realidad en la que creía vivir se desvanecería pensando que todo habría sido producto de un sueño, dado que sólo ahí, en ese mundo de fantasía tan personal suceden cosas como esta. Lo mejor fue que al despertar me di cuenta de que era realidad, de que seguías ahí y que mi miedo no tenía sentido porque todo seguía igual, igual de distinto, igual de irreal.

El tiempo, veloz y imparable como siempre consumió sin piedad el fin de semana y te fuiste. La rutina y la realidad volvieron de nuevo a mi.
Fue entonces cuando empecé a pensar que todo realmente me lo había imaginado, que las ganas de estar contigo pudieron con mi cordura haciéndome imaginar cosas que no son. Sin embargo, dejaste tu huella, la huella que me hizo reconocer que efectivamente había sido real. Fue entonces, cuando me di cuenta de que incluso lo imposible puede hacerse realidad.

domingo, 21 de marzo de 2010

Nadal a distància

Ara que hem començat la primavera, ara que s'ha acabat l'hivern, m'agradaria despedir aquesta estació amb una poesia pròpia d'aquest temps de fred.

Nadal és temps de felicitat
per compartir amb la família.
Aleshores, perquè de tu, jo estic separat?

Tu, tan lluny i jo, tan a prop.
Bé diuen que tot torna a casa per Nadal,
i doncs, perquè tu constitueixes l’excepció?

Aquest any només vull un regal.
Un únic desig palpita en el meu cor,
només et vull al meu costat, ara que és Nadal

La distància m’agradaria eliminar
per amb tu poder estar
i així, aquestes festes celebrar.

La màgia del Nadal no m’ha abandonat.
A la porta de casa et vaig trobar
i a cau d’orella, un bon Nadal em vas desitjar.

Cristina Pons.