Freqüentemente nos preguntamos, ¿los deseos son innatos en el hombre? Pues bien, dado que, fácilmente observamos que los primeros deseos del hombre aparecen en los primeros momentos de vida, pienso que sí son innatos.
Además, puede decirse que lo que impulsa y dirige la inteligencia es el deseo. Todos los descubrimientos que el hombre ha realizado, nunca hubieran sido posibles si no hubiera habido detrás el deseo de conocer, de saber o de averiguar.
Así mismo, pienso que son totalmente necesarios, ya que muchas de las acciones que realiza el hombre están determinadas por deseos. Así, un animal comerá para saciar el deseo del hambre, dormirá para satisfacer el deseo del sueño. Si el hombre es un animal, ¿porqué iba a ser distinto?
Es cierto que requiere una implicación y esfuerzo el querer lograr ciertos deseos. Sin embargo, como se dice vulgarmente “Quién alguien quiere, algo le cuesta”. Si realmente los deseos fueran tan fáciles de conseguir, quizá no nos proporcionarían tanta satisfacción. Es el hecho de pensar que lo hemos conseguido, a pesar de las dificultades, lo que nos proporciona dicha satisfacción y no tanto, el poseer el propio deseo.
Es cierto también, que deben administrarse correctamente. Si deseamos algo totalmente imposible no vamos a lograrlo y quizá, nos decepcionemos. Lo mejor es poseer deseos alcanzables, no muy sencillos, pero tampoco del todo imposibles.
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