Noche de reyes, noche de ilusión, noche de magia, noche de fe, noche de sueños, noche de inocencia.
Esta es una noche dónde todo es posible y todo vale.
Los chicos en las calles sonríen sin más creyendo en algo realmente increíble. Y si preguntas a cualquiera de ellos qué es lo que está pasando o como es posible tal proeza, una sola y única frase vale para responderlo todo: porque son mágicos. Todos responden eso, siendo la respuesta más lógica y racional. Pero si está claro, los adultos no lo ven y no entienden nada, deben pensar.
Y ahora, mirando a tu alrededor, ves cosas, detalles y piensas, ¿cómo pude ser tan ingenua y no ver esto? Quizá esa sea la verdadera magia de estos días y de esta noche en especial. La magia de creer en eso, la magia de creer en los milagros y en lo imposible y esa magia no es tan solo cosa de niños, esa magia debería permanecer dentro de cada uno de nosotros, permitiéndonos avanzar y creer en lo que los demás rechazan, en nuestros proyectos, ilusiones o deseos, porque si ni siquiera tenemos esa esperanza seguro que no vamos a lograrlo. El creer en lo nuestro es el primer paso para conseguirlo.
Por eso esta noche debe ser especial para todos, todos debemos quedar contagiados de ese ambiente, respirar y que ese sorbo de aire frío deje huella dentro de nosotros para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario