martes, 1 de septiembre de 2009

El control del tiempo

Si preguntara a cualquier persona: ¿Por qué llevas ese reloj? Seguramente y de entrada, la persona mostraría claros signos de sorpresa y seguramente con una mirada atónita me respondería: ¡Pues para saber la hora, está claro! Y si a continuación, preguntara: Pero, ¿por qué quieres saber la hora? Ya quizá mi interlocutor ni siquiera se dignaría a responderme.

Pero quizá merece la pena reflexionar sobre esto. La mayoría de nosotros llevamos un reloj y sin darnos cuenta, en la mayoría de ocasiones él controla nuestras vidas. Es como si fuéramos unos muñecos o unos robots dirigidos por ese mando a distancia diabólico que dirige todas nuestras acciones. Acaso, no hacemos determinadas cosas por el simple hecho de que “es la hora”? ¿Cuántas veces nos vamos a dormir porque “es tarde”? o ¿Cuántas veces seguimos durmiendo porque “aún es temprano”? o sencillamente, ¿Cuántas veces desayunamos, comemos o cenamos porque “ES LA HORA”?

Acaso, ¿pasaría algo si no hiciésemos todas esas cosas aunque nuestro querido reloj marcase que deberíamos hacerlas?
Es cierto que en algunas ocasiones la respuesta es: SÍ. Pero, ¿qué pasa con todas las ocasiones en que la respuesta es: NO?
Por eso, quizá deberíamos librarnos un poco de ese instrumento que sin quererlo y fabricado por nosotros mismos nos controla. Quizá deberíamos probar qué se siente al hacer algo porque queremos o porque nos apetece en aquel preciso momento y no porque sea al reloj a quién le apetezca que lo hagamos.
Esta reflexión, irónicamente, se me ocurrió un día en el que, por accidente, me dejé el reloj en casa.

2 comentarios:

  1. ooooooooook bonitorrrrrrr

    ResponderEliminar
  2. Cristina! Crec que tens tota la raó! Jo mai he portat rellotge. Em recordo a mi mateixa de petita, mirant als ''adults'' com cada pocs minuts dirigien la mirada cap a l'atractiva esfera. En part també per comoditat (no soporto sentir-me pressa). Eh! I sembla que no però és un instrument molt adictiu! Sino fesun exemple,agafa algú tipus mare o pare i amaga-li el rellotge. El seu humor canviarà de seguida que noti la desaparició i fins i tot es sentirà perdut! VIVAN LAS MUÑECAS LIBRES! :)

    ResponderEliminar